lunes, 17 de agosto de 2020

LOS SPAMS Y CÓMO COMBATIRLOS

 Espam, o publicidad no deseada, afecta a cualquier tipo de comunicación: llamadas telefónicas, SMS, correos electrónicos, etc. A nivel global, un mensaje de spam resulta insignificante, pero millones de ellos cada día contribuyen a alimentar el ciclo de riesgos y amenazas:
  1.  Comunicaciones sobrecargadas. El spam satura los canales de comunicación, generando tráfico que debe ser gestionado por el proveedor de telecomunicaciones o por el propio usuario. Este fenómeno también sobrecarga las infraestructuras de red que lo reciben y procesan (servidores, routersfirewalls, etc.).
  1. Pérdida de tiempo, invasión de la privacidad y descontento. Pese a los avances tecnológicos en los filtros antispam actuales, que han aliviado este fenómeno en gran medida, aún son muchos los mensajes no deseados que terminan llegando al usuario.
  2. Criminalización del spam. Con el tiempo, el factor publicitario oportunista original del spam ha ido evolucionando cada vez más hacia la criminalización profesionalizada, en forma de publicidad fraudulenta y engañosa

El riesgo ya no es solo que el usuario acceda a un determinado servicio atraído por un mensaje publicitario desleal, los servicios de spam son altamente demandados por los ciberdelincuentes, que los utilizan para distribuir malware, a menudo colocando enlaces a sitios infectados en un correo diseñado para atraer a los usuarios no concienciados. 

Espam, además de resultar molesto, también puede llegar a vulnerar nuestra seguridad y privacidad. Para evitarlo, la Agencia Española de Protección de Datos nos propone una serie de pautas con las que minimizar la amenaza que supone esta publicidad no deseada

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